Ven el 27 de octubre a las 18:00h Casa Galicia.

Te proponemos plan para derrochar toda tu creatividad y relajarte durante la tarde más terrorífica del año.

El otoño destaca precisamente por ser una estación maravillosa, en la que podemos disfrutar de una serie determinada y deliciosa de alimentos de temporada, como también ocurre con otras estaciones del año. En esta época, por ejemplo, podemos encontrarnos con las setas, con las castañas, con los higos… y también con las conocidas calabazas.

Este último alimento se ha vuelto muy popular desde que empezara a utilizarse en Halloween, convirtiéndose de hecho en el alimento característico y propio por excelencia de esta fiesta casi ya internacional.

Os vamos a contar la historia de su origen.

Su origen parece remontarse a 1860, y lo encontramos precisamente en Irlanda, donde se cuenta que existía un tacaño y pendenciero irlandés, de nombre Jack, que tuvo tanta mala suerte de encontrarse con el demonio en una taberna durante la Noche de Brujas (también conocida como Noche de Halloween).

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Este malogrado hombre, debido a su pasión por las bebidas alcohólicas, entregó su alma al diablo a cambio de una última bebida. Para ello, el diablo se transformó en una moneda con la que pagar al tabernero el preciado líquido. Sin embargo, Jack decidió coger la moneda a toda la velocidad y la metió rápidamente en su monedero.

Dado que Jack tenía un crucifijo en su interior el diablo no pudo volver a su forma original, de manera que decidió llegar a otro acuerdo con él: no lo dejaría salir hasta que le prometiera que no le pediría nuevamente su alma en un plazo de 10 años. A modo de chantaje, el diablo no tuvo más remedio que aceptar su propuesta.

Después de 10 años, Jack se volvió a reunir con el diablo en el campo. El objetivo de este último era llevarse su alma, pero antes de eso Jack pensó en como salir de esa situación, y le preguntó al diablo si le podía acercar una manzana que estaba en el árbol de enfrente.

El diablo, que pensaba que no le ocurriría nada por acercársela, pero Jack había tallado una cruz en el tronco del árbol, volviendo a dejar de nuevo al diablo atrapado en lo alto del árbol. Nuevamente, el inteligente borracho hizo prometer al diablo que jamás le pediría su alma. Éste aceptó, y Jack borró la cruz.

Pocos años después Jack finalmente murió, pero debido a que durante toda su vida había sido un borracho, un estafador y un pecador, no pudo entrar al cielo. Así que intentó entrar en el infierno, pero el diablo lo rechazó por el trato al que habían llegado años atrás.

Ya que el camino de regreso era bastante oscuro, el diablo le dio a Jack un carbón encendido para que le diera luz y le guiara en la oscuridad. Finalmente, para que no se apagara, cuenta la leyenda que Jack decidió ponerla dentro de una calabaza que iba comiendo para que no se apagara con el viento…

2017 Octubre 27 Casa Galicia

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